Lo recuerdo como si fuera ayer. Era pequeña e inocente, y lo más simple y asequible me parecía todo un sueño. Todos los días soñaba con algo simple, como un abrazo, un helado, una caricia.
Conforme fui creciendo, la imposibilidad de mis sueños aumentaba. Siempre soñé con poder cambiar lo que soy, y lograr ser diferente. Cosa imposible, tal vez. También soñé poder parar el tiempo, recuperar a personas queridas... Cada vez menos posible.
Decidí no luchar por mis sueños, puesto que nunca los lograba alcanzar. Era inutil, al parecer.
Pero un día, algo me hizo cambiar. Decidí que los sueños si valen la pena, siempre y cuando se luche por ellos. Luché hasta que alcancé el sueño, sin más.
¿Imposible? No del todo. Siempre que no me rindiera, sabía que podría alcanzarlo. Disfrutaba de él al máximo, lo cuidaba, y mimaba para no estropearlo ni deteriorarlo... Pero pasado el tiempo, mi sueño se desvaneció.
Y es que... lo echo tanto de menos. Como me gustaría volver a ser aquella niña inocente que con poca cosa era feliz. Que su mayor sueño era hacer sonreir a las personas que la rodeaban, cosa muy simple.
Y es que... lo echo tanto de menos. Como me gustaría volver a ser aquella niña inocente que con poca cosa era feliz. Que su mayor sueño era hacer sonreir a las personas que la rodeaban, cosa muy simple.
A la vez que maduramos, vamos adquiriendo experiencia. Experiencia que conlleva un complicamiento de nuestros sueños y aspiraciones. Pero a pesar de eso, a día de hoy no me veo capaz de realizar mis sueños.
What are dreams made of ?
Can't really tell...
miércoles, 12 de enero de 2011
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